La plástica románica.
Introducción y características
INTRODUCCIÓN: la imagen
se concebía como explicación de la doctrina, por lo que adquirió
una importante función expresiva y simbólica.
El temor a Dios
La icono grafía románica
tiene una función expresiva y simbólica. Las imágenes envían un
mensaje y encarna un poder sobrenatural . Un buen número de
imágenes desean expresar la omnipotencia divina . además es
diversa y son motivos frecuentes aquellos que exaltan la gloria y
el triunfo de Cristo , como la Ascensión a los cielos, o sobre todo,
la Maiestas Domini, la visión apocalíptica de cristo en majestad,
como en las iglesias francesas de San Pedro de Moissac o Santa
Magdalena de Vezelay
La Iglesia trata de
instruir a los fieles en el cumplimiento de los preceptos divinos
que, en medio de las precariedades mundanas, les permitan alcanzar la
gloria eterna. Por eso también abunda la representación del Juicio
Final , visión reveladora de lo que le espera cada uno , que
alcanzará su premio o castigo.
LA ESCULTURA
La imagen, trasmisora de las verdades de al fe.
Las
imágenes románicas, pintadas o labradas sobre el muro, o bien exentas,
se integran en el templo para completar y confirmar un carácter
simbólico. Así presentan el edificio como una anticipación de la gloria
divina sobre la Tierra y como un resumen de las verdades que los fieles
deben respetar. Para el hombre medieval, las imágenes eran verdaderas
lecciones que ilustraban las verdades de al fe y los episodios
sobresalientes de la Escritura. Los temas están tomados del Evangelio,
de las vidas de los santos (hagiografías), del Antiguo Testamento y ,
especialmente, del Apocalipsis de San Juan. Estos asuntos sagrados
tenían en gran medida iconografías de raíz paleocristiana y bizantina.
Durante
el románico fue asentándose también la iconografía de Cristo
crucificado , que aparece eterno , triunfando sobre la muerte; así,
fueron muy frecuentes las imágenes exentas o marfiles que desarrollan
este tema y que se colocan sobre el altar.
Junto
a estos temas sagrados había otros, sobre todo aquellos en los que el
artista expresaba sus inquietudes y los aspectos de su vida cotidiana,
en los que el románico crea su propia tradición o bien se inspira en
las fuentes más dispares. Es el caso, por ejemplo, de los seres
fabulosos con los que se representa el pecado o el demonio, inspirados
en los bestiarios de origen oriental.
Influencia posterior
Es
precisamente la abstracción de la realidad visual, la despreocupación
por representar los rostros, los músculos y movimientos como son, o
como se ven, lo que impregna al a plástica románica de una extraña
espiritualidad y la convierte en fuente de inspiración para las
escuelas de vanguardia del siglo XX, que tampoco desean representar la
naturaleza, sino indagar en un mundo que está más allá de lo visible.
La escultura es el arte decorativo de los siglos del románico, de la misma manera que el mosaico lo es del edificio bizantino.
Nota peculiar será por lo tanto la subordinación al espacio arquitectónico, especialmente en los capiteles, cuya configuración obliga a retorcer la figura en posiciones acrobáticas, o a cincelar una sola cabeza en el ángulo para dos cuerpos romper las proporciones con unas extremidades muy cortas. El escultor no se amilana ante las dificultades o incorrecciones porque su obra tiene una función de lenguaje, de ilustración en una época en la que los fieles analfabetos leen las historias sagradas en los relieves, circunstancia que convierte las iglesias en evangelios en piedra.
¿De dónde toma sus temas el artista románico, que llena capiteles, pilas de agua bendita , tímpanos y arquivoltas de figuras humanas contorsionadas, follajes, , monstruos, visiones infernales.? La relación entre la iconografía escultórica y la iconografía pintada parece indiscutible: temas y concepciones casi idénticos parecen encontrarse en las miniaturas de los libros y en las primeras pinturas murales. Pero en todo caso quedaría sin explicar la irrupción en el arte cristiano de este mundo irreal. Se ha sugerido que expresa los miedos del hombre del año mil, pero, sin excluir esta hipótesis, la repetición obsesiva en la representación de monstruos parece haber sido estimulada por las fantasías del mundo oriental , conocido en Occidente a través de las Cruzadas.
El antinaturalismo , la desconexión de lo representado con cualquier modelo real , es probablemente una herencia del arte bizantino . ¿Explica esta ruptura con la realidad los rasgos de tosquedad, quizás lo más perceptible y característico de cualquier figura o relieve románicos? Es una cuestión debatida y no resuelta. Por otra parte el modelado recuerda los períodos arcaicos de otras culturas: mejillas sin blandura, labios solo alineados, posturas hieráticas, carencia de expresión en los rostros .La falta de volumen , el carácter plano , la apariencia frontal del primer románico , se añade como otro signo de arcaísmo. Una hipótesis asigna estas limitaciones al lenguaje rudo de una época que ha olvidado el culto de la forma bella clásica. Así escribe JEAN HUBERT “Nada autoriza a considerar como errores conscientes y voluntarios el exagerado alargamiento de los cuerpos, las anatomías defectuosas, las perspectivas extrañas” En esta versión se trataría de un arte instintivo, infantil.
Es posible que se trate de “errores inconscientes”, de un arte por naturaleza arcaico. Pero no faltan los argumentos para estimar que se trata de “errores conscientes”, de que voluntariamente el artista románico utiliza la metamorfosis o simplemente la deformación para expresar, olvidado ya el culto de la forma bella clásica, toda la espiritualidad de las vivencias religiosas. El sociólogo VON MARTIN y otros autores han subrayado que el Cristo rígido, que no sufre en la cruz, plasma la concepción de un Dios que triunfa, y la Virgen con el Niño, la de la Señora en su trono, como Reina (será el gótico el que plasme en la cruz al Hombre que sufre y el que represente también a la Virgen como Madre). Así podría explicarse la contradicción entre la rigidez de los miembros y el ritmo dinámico de muchas composiciones.
Evolución de la escultura
A lo largo de dos siglos la escultura no deja de evolucionar. En el primer románico los frisos son copias de de obras en marfil, metal, telas, etc., con figuras encuadradas en un marco rectangular y sin función arquitectónica.
Las primeras esculturas aparecen en la
primera mitad del siglo XI adaptándose al marco arquitectónico, lo
que llega a ser una de sus características. Los escultores adquieren
cada vez más destreza a la hora de responder a esa exigencia, aunque
los miembros se estiran o atrofian , según sea necesario.
En su momento clásico, el siglo XII, ya la figura está concebida para un lugar determinado y definida por su marco arquitectónico, lo quo obliga a variar el canon en los conjuntos e imprimir movimiento.
Si al principio se reconocía un lenguaje muy
estereotipado , con recursos representativos muy convencionales, y
una forma muy simple de talla ahora da paso gradualmente a mayor
naturalismo, en ocasiones de inspiración romana. Esto se percibe más
en Italia, como , por ejemplo, en los relieves de la catedral de
Modena por Wigliemo, que probablemente se inspiró en los sarcófagos
romanos.
En la última época la riqueza en los pliegues dinámicos y el bulto redondo muestran en olvido de la función arquitectónica y la búsqueda de efectos pintorescos o anecdóticos. En todos los aspectos el cambio es perceptible: en las vestimentas, en el volumen, en las expresiones.
Así, al final de período románico el
escultor empieza a liberarse del marco y comienza a interpretar las
figuras con mayor libertad. La simple caracterización de los rostros
da paso a un estudio de los rasgos faciales y la vestimenta adquiere
valores táctiles. Uno de los artistas en los que culmina este
proceso es en el maestro mateo, autor del Pórtico de la Gloria de
la catedral de santiago de Compostela.
LA PINTURA
Casi siempre se trata de pinturas al fresco , realizadas sobre las propias paredes del interior de las iglesias, que cubren amplias superifices con la intención de configurar una ambiente espiritualmente sobrecogedor.
Casi siempre se trata de pinturas al fresco , realizadas sobre las propias paredes del interior de las iglesias, que cubren amplias superifices con la intención de configurar una ambiente espiritualmente sobrecogedor.
Están realizadas con trazos gruesos y
colores planos , de gran intensidad. Son imágenes sintéticas, con
los elementos esenciales, sin concesiones naturalistas, por lo que
resultan hieráticas y convencionales, aunque con gestos muy
expresivos, de efecto imponente. Van acompañadas de símbolos , que
sirven para caracterizarlas de forma individual. El discurso
narrativo se encadena jerarquicamente, mediante bandas o cenefas, en
las que se insertan las figuras, de manera que no existe el efecto de
perspectiva. Gustan del sentido decorativo que proporciona la
simetría, como si cada figura encajara en un hueco determinado.
La plástica románica en España. La pintura
En 1907, en el momento en el que el rechazo al arte académico es patente y encuentra su manifiesto en Las chicas de la calle Avinyó de Picasso, se suscita una gran curiosidad por los posibles precedentes; en ese momento se descubren y empiezan a estudiarse las pinturas románicas de Berlanga y Maderuelo, punto de partida de hallazgos continuos durante treinta años. Es un arte fascinante, en el que España muestra un genio singular. No obstante debemos aceptar que sólo conservamos las pinturas de las iglesias más humildes, ya que las más ricas se sometieron a revocos y reformas que destrozaron para siempre las páginas de esos siglos.
INFLUENCIAS. Las raíces de la pintura románica.
¿De dónde procede este arte dramático e ingenuo a la vez ? En primer lugar la síntesis de la silueta mediante grandes rayas y el aire hierático tienen un ascendente en el mosaico bizantino, sometido a un gran proceso de revitalización en el sur de Italia. En segundo lugar, las miniaturas de los códices mozárabes ( Beato de Liébana) , con sus estilizaciones dibujísticas, sus pliegues paralelos y sus rasgos desorbitados contribuyen a que los esquemas bizantinos pierdan su carácter de fría impasibilidad para asumir la representación de las pasiones humanas. Así se desemboca en este capítulo original y breve, ya que la desaparición de los muros continuos (por el gótico) y las bóvedas y los ábsides lisos puso fin a esta experiencia de pintura mural.
Características principales
Desde el punto de vista formal la pintura románica se caracteriza por varios rasgos:
- Dibujo grueso, que contonea enérgicamente la silueta y separa con un trazo negro cada superficie cromática ; con esta intensificación se explota el poder del dibujo para la construcción de formas. La seguridad de la siluetación es admirable en las superficies curvas , en las que los artsitas llegan a sentirse tan cómodos como en el trabajo de las superficies planas.
- Color puro, sin mezclas, o a lo sumo con dos tonalidades. Se prefiere el plano cromático amplio, en el que se obtienen efectos violentos y con el que se expresa muchas veces algún simbolismo medieval.
- Carencia de profundidad y de luz. Las figuras se disponen en posturas paraleleas y con frecuencia resaltan sobre un fondo monocromo o listado en franjas horizontales de diversos tonos. Al no proceder a la mezcla de los colores las escenas carecen de vibración lumínica, ausencia que contribuye a resaltar de forma más poderosa la geometría de las formas.
- Composición yuxtapuesta; preferencia por las figuras frontales y por la eliminación de cualquier forma que rompa el plano .En los grupos las figuras no se relacionan hasta el románico tardío, alrededor del 1200.
- El muro se prepara al fresco, de forma tan concienzuda que arrancadas las pinturas de Berlanga o de Tahull, quedan siluetas y colores adheridos a la cal ; quizás los toque finales se dieran con temple, lo que ha contribuido a mantener la riqueza de los tonos .
La concepción antinaturalista de la pintura románica.
En cuanto a la concepción que inspira al técnica se tata de un arte antinatualista, postura que continúa al a del mosiaco bizantino; el artista románico prefiere plasmar viviencias religiosas antaes que reproducir formas reales. De este antinaturalismo se deduce la ausencia de paisaje. O su representación esquemática, con elementos convencionales. A veces los gestos solemnes del Pantocrator, el Cristo Majestad rodeados de símbolos de los evangelistas, que es tema preferente en los ábsides, posee la grandeza de als amenzasa apocalícpticas; otras ,adoptando una líes de candor infantil , se le confiere a las escenas de martirio un tono narrativo desprovisto de cualquier nota dramátca.
El género por excelencia es , pero en tabla, en los frontales del altya r, se pintaron también obras notables.
Cataluña, , con una más intensa recepción de la tradición levantina, y Castilla, con un desarrollo más amplio de la aportación de la miniatura, son las dos escuelas fundamentales.
LA PINTURA ROMÁNICA EN CATALUÑA
LA PINTURA ROMÁNICA EN CATALUÑA
La vertiente simbólica y dramática del estilo se manifiesta con plenitud en las iglesias románicas de Cataluña cuyas pinturas trasladadas al Museo Nacional de Arte de Cataluña, convierten a este en uno de los más interesante recinto del arte medieval. La técnica utilizada por los pintores catalanes es compleja: para la primera traza se recurre al fresco , pero se retoca y amplía la gama de colores con le temple y una solución grasa en la que podría mezclarse aceite.
La iconografía muestra inclinación a la representación del pantocrátor en actitud solemne , rodeado de lo evangelistas o de sus símbolos, conjunto para el que se reserva el ábside;los restantes temas se reparten en escenas de la vida de Jesús o de la Virgen María, pasajes del Antiguo testamento o simbolismos de la corte celestial, y en alguna ocasión incluso temas funerarios paganos, como en Pedret.
En el maestro de Pedret, que trabaja en la iglesia mozárabe de San Quirce el cambio es sustancial. Probablemente se trate de un artista de origen italiano del a segunda mitad del siglo XII y que se desenvuelve en lo que se ha llamado el estilo bizantino, transformado en Cataluña, en efecto sus figuras alargadas y cubiertas de ricas vestiduras continúan la tradición del mosaico , de Bizancio y de los monasterios benedictinos del sur de Italia, mas la gama de color se ha enriquecido ( carmín, bermellón, amarillo, azul...) yal recurrir al estudio del natural cuando la iconografía no le proporciona el modelo; obtiene rostros intensamente expresivos que rompen las soluciones esquemáticas corrientes.es.es.
Quizá algunos años más tarde pro estilistamente correspondientes a una fase más avanzada del estilo son las pinturas de las dos iglesias de Tahull, en las que el románico catalán alcanza su máxima cota.
Abundan en las dos iglesias los hallazgos de expresión , en la virgen rodeada por los magos del ábside. El románico culmina en el ábside de San Climent y más concretamente en el rostro del Cristo majestad, en los trazos dispuestos como aureolas en torno a los ojos penetrantes y terribles. Su frontalismo estático es de raigambre bizantina, no obstante su vigor expresivo demuestra que los artistas catalanes han buscado una vía diferente a la de los mosaicos para expresar la grandeza de la divinidad. En esta obra maestra del arte medieval se ha conseguido una de las más fuertes estilizaciones de la figura humana.
LAS PINTURAS DEL ABSIDE DE SAN CLEMENTE DE TAHULL
Al pueblecito de Tahull , en el leridano valle de Boi, llegan avanzado el primer cuarto del siglo XII, dos pintores que se encargarían del recubrimiento ornamental de las dos iglesias románicas de Santa Maria y san Clemente. Son dos artistas de procedencia italiana, pero que han incorporado las técnicas expresivas de miniaturustas y muralistas hispano. Las pinturas deTtahull , en la actualidad en el Museo Nacional de Arte de Cataluña, constituyen la más alta cima del románico catalán y una de las cumbres del románico medieval , sibien nos vamos a centrar en las pinturas de San Clemente, el episodio más genial de las os iglesias..
La perfección del ábside se explica por la simbiosis de una artista excepcional y una tradición tenaz de búsqueda de recursos expresivos de varias escuelas.
Tres corrientes artísticas han de señalarse en el camino que desemboca en la obra maestra:
- la bizantina, con su espiritualidad solemne , difundida por todo el mediterráneo y que el artista aprendió en Italia;
- la árabe con su caligrafía ornamental , que rompe el hieratismo de las fórmulas bizantinas;
- y la mozárabe, que en las miniaturas del beato de Liebana han conseguido con sinceridad naturalista dotar los rostros con una fuerza expresiva poderosa.
En principio una ábside ofrece una superficie poco propicia para la expresión plástica, pero los artistas romanicos aprendieon a convertir su curvatura en un recurso intensificador y se sintieron cómo dos para diseñar sus composiciones como una superficie plana . Y su función de cabecera de la iglesia , cobijadora del altar y punto de referencia de los ritmos de las naves, convirtió al ábside en el lugar clave de las representaciones iconográficas.
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