La escultura del Cinquecento. Miguel Ángel escultor
INTRODUCCIÓN:La escultura del Cinquecento se centra en la búsqueda de nuevos valores. La grandiosidad y monumentalidad de las obras, que le dan solemnidad. Ello es consecuencia de una ferviente actividad arqueológica que pone al descubierto gran cantidad de obras antiguas que van a tener una profunda influencia sobre temas como el desnudo , las representaciones heroicas y también la expresividad ( el Laoconte)
La obra de Migue Ángel
El más grande escultor del siglo XVI es Miguel Ángel. Su maestría con los distintos materiales, sobre todo con el mármol y con el bronce, lo situó al frente de la escultura del Cinquecento.
Los inicios, Florencia
Miguel Ángel forja su genio en el
jardín mediceo de la plaza de San Marcos, en Florencia, donde
estudia las obras antiguas coleccionadas por Lorenzo “el
Magnífico”. A este ambiente humanista y neoplatónico corresponde
el rleieve juvenil de la Virgen de la escalera, inspirado en
representaciones de sarcófagos e influido por la técnica
donatelliaba del schiacciato o aplastado. Vasari recuerda que
quiso expresamente imitar la marera de Donatello, haciéndolo tan
buen que parecería de mano de este, si no fuera porque tiene más
gracia y más dibujo”
En Roma
Sus primeras obras reflejan la grandiosidad e idealización de las figuras, de clara influencia grecorromana. Tal es el caso de la Piedad del Vaticano, obra de perfección extrema por la solemnidad de las formas, la idealización equilibrada y la elegante sensibilidad estética. La figura de la Virgen, lejos de manifestar la doliente madre, refleja la idea universal de la virginidad y el concepto de belleza suprema.
Sus primeras obras reflejan la grandiosidad e idealización de las figuras, de clara influencia grecorromana. Tal es el caso de la Piedad del Vaticano, obra de perfección extrema por la solemnidad de las formas, la idealización equilibrada y la elegante sensibilidad estética. La figura de la Virgen, lejos de manifestar la doliente madre, refleja la idea universal de la virginidad y el concepto de belleza suprema.
A la muerte de Lorenzo “el Magnífico” se pone de parte del gobierno popular promovido por
Savonarola y , tras la caída de este, abandona Florencia,
estableciéndose en Roma. En la Ciudad Eterna, esculpe un Baco, al
que le da la “esbeltez de la juventud masculina y la carnosidad y
redondez de la femenina”. Fue adquirido por el banquero Jacoppo
Galli y este financiero le consigue un encargo, al presentare al
cardenal Jean
Bilheres de Lagraulas, embajador del rey de Francia ante la santa
Sede, que desea una Piedad para su tuba, en 1499 la terminaba,
convirtiéndose desde entonces en el prototipo de imagen devota para
el arte cristiano. Es la primera vez en su vida que acomete este tema
icono gráfico, al que volverá con resultados diferentes en su
ancianidad, y la única ocasión en la que firma un trabajo,
revelando la satisfacción que sintió por el resultado obtenido.
Vasari explica que la belleza juvenil de maría se debe a que es
símbolo de la pureza inmaculada, no corrompida por el pecado, y que
su desproporción respecto al pequeño cuerpo de Cristo responde a la
calculadas composición piramidal del grupo.
Vuelta a Florencia. El David
La fama de su talento se propaga por
Italia y sus paisanos florentinos le reclaman para confiarle la
ejecución del David en un bloque gigantesco de mármol de Carrara,
que desde el siglo XIV permanecía arrumbado en le Duomo. El tamaño
de la piedra era tan grande, que ningún artista se había atrevido a
enfrentarse con ella, pero en el vocabulario de Miguel Ángel no
existe la palabra imposible. El 3 de septiembre de 1501 iniciaba los
trabajos, hasta que el 8 de septiembre de 1504, “el Gigante”,
como le llamaron popularmente los florentinos se colocaba junto a la
puerta del Palazzo Vechio, dominando la Plaza de la Señoría.
Representa al joven pastor hebreo , con la honda sobre el hombro ,
para significar, según Vasari, Que , si como David había defendido
a su pueblo y lo había gobernado con justicia, el que gobernase la
ciudad de Florencia debería animosamente, defendela y justamente
gobernar la”. Es también un hito en la evolución escultórica,
marcando la transición entre un etilo “dulce” y el “
terrible”, que va a herir toda la producción a partir del sepulcro
de Julio II
De regreso a Roma. La tumba de Julio II. El Moisés
Pronto, sin embargo , se intensificó la grandiosidad monumental y la tensión interna expresada en sus figuras, al dotarlas de gran dignidad y robustez
En 1505, Miguel Ángel proyecta para
Julio II un monumento grandioso, que superaba en dimensiones y
riqueza ornamental a cuantas tumbas se habían realizado en Italia
durante el Quattrocento. Constaba de tres pisos distribuidos en
estructura piramidal . La base se adornaba con Victorias flanqueadas
por esclavos, que según Vasari, personificaban las “ provincias
subyugadas por su santidad y ligadas a la obediencia de la Iglesia
católica”, y según Condivi, aludían a las artes liberales; la
planta intermedia contenía relieves en sus frentes presentando “
los hechos de tan gran pontífice”” y cuatro grandes imágenes en
las esquinaas. Moisés, San Pablo, la Vida Activa y la Vida
Contemplativa, finalmente, en el ático, Julio II aparecía sentado
en la silla gestatoria, sostenido por dos ángeles; uno sonriendo , “
como si estuviera contento de que el alma del papa hubiera sido
recibida entre los justos”, y el otro llorando, “ como si
estuviera dolido porque el mundo había sido privado de un hombre
semejante”
El programa icono gráfico escondía un
sentido alegórico, de raíz neoplatónica, que pretendía juntar la
fama temporal con la salvación eterna del papa.
Pero la envidia de Bramante se opuso a
la ejecución de este proyecto inicial, y el panteón contemplará,
entre 1505 y 1512, seis disputas y reconciliaciones, tanto con el
Papa Julio II, como con sus herederos después.
El resultado final no satisfizo a
nadie, empezando por su ubicación en san Pietro in Vincoli, en vez
del presbiterio de la basílica vaticana. De las 47 esculturas
proyectadas solo se realizaron ocho. Os dos Esclavos del Louvre, los
cuatro de la Academia de Florencia,la Victoria del Palazzo Vechio, y
el Moisés, que es la única que se conserva en el mausoleo. En
cualquier caso, a pesar del resultado final, el Moisés y los
Escalavos (Ignundi) sirven para mostrar dos aspectos del arte de
Miguel Ángel: la potencia dramático o terribilitá y el inacabado
o non finito
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