martes, 20 de marzo de 2012

LA ESCULTURA DEL CINQUECENTO

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La escultura del Cinquecento. Miguel Ángel escultor
INTRODUCCIÓN:La escultura del Cinquecento se centra en la búsqueda de nuevos valores. La grandiosidad y monumentalidad de las obras, que le dan solemnidad. Ello es consecuencia de una ferviente actividad arqueológica que pone al descubierto gran cantidad de obras antiguas que van a tener una profunda influencia sobre temas como el desnudo , las representaciones heroicas y también la expresividad ( el Laoconte)
La obra de Migue Ángel
El más grande escultor del siglo XVI es Miguel Ángel. Su maestría con los distintos materiales, sobre todo con el mármol y con el bronce, lo situó al frente de la escultura del Cinquecento.
Los inicios, Florencia
Miguel Ángel forja su genio en el jardín mediceo de la plaza de San Marcos, en Florencia, donde estudia las obras antiguas coleccionadas por Lorenzo “el Magnífico”. A este ambiente humanista y neoplatónico corresponde el rleieve juvenil de la Virgen de la escalera, inspirado en representaciones de sarcófagos e influido por la técnica donatelliaba del schiacciato o aplastado. Vasari recuerda que quiso expresamente imitar la marera de Donatello, haciéndolo tan buen que parecería de mano de este, si no fuera porque tiene más gracia y más dibujo”
En Roma
 Sus primeras obras reflejan la grandiosidad e idealización de las figuras, de clara influencia grecorromana. Tal es el caso de la Piedad del Vaticano, obra de perfección extrema por la solemnidad de las formas, la idealización equilibrada y la elegante sensibilidad estética. La figura de la Virgen, lejos de manifestar la doliente madre, refleja la idea universal de la virginidad y el concepto de belleza suprema.
A la muerte de Lorenzo “el Magnífico” se pone de parte del gobierno popular promovido por Savonarola y , tras la caída de este, abandona Florencia, estableciéndose en Roma. En la Ciudad Eterna, esculpe un Baco, al que le da la “esbeltez de la juventud masculina y la carnosidad y redondez de la femenina”. Fue adquirido por el banquero Jacoppo Galli y este financiero le consigue un encargo, al presentare al cardenal   Jean Bilheres de Lagraulas, embajador del rey de Francia ante la santa Sede, que desea una Piedad para su tuba, en 1499 la terminaba, convirtiéndose desde entonces en el prototipo de imagen devota para el arte cristiano. Es la primera vez en su vida que acomete este tema icono gráfico, al que volverá con resultados diferentes en su ancianidad, y la única ocasión en la que firma un trabajo, revelando la satisfacción que sintió por el resultado obtenido. Vasari explica que la belleza juvenil de maría se debe a que es símbolo de la pureza inmaculada, no corrompida por el pecado, y que su desproporción respecto al pequeño cuerpo de Cristo responde a la calculadas composición piramidal del grupo. 
Vuelta a Florencia. El David
La fama de su talento se propaga por Italia y sus paisanos florentinos le reclaman para confiarle la ejecución del David en un bloque gigantesco de mármol de Carrara, que desde el siglo XIV permanecía arrumbado en le Duomo. El tamaño de la piedra era tan grande, que ningún artista se había atrevido a enfrentarse con ella, pero en el vocabulario de Miguel Ángel no existe la palabra imposible. El 3 de septiembre de 1501 iniciaba los trabajos, hasta que el 8 de septiembre de 1504, “el Gigante”, como le llamaron popularmente los florentinos se colocaba junto a la puerta del Palazzo Vechio, dominando la Plaza de la Señoría. Representa al joven pastor hebreo , con la honda sobre el hombro , para significar, según Vasari, Que , si como David había defendido a su pueblo y lo había gobernado con justicia, el que gobernase la ciudad de Florencia debería animosamente, defendela y justamente gobernar la”. Es también un hito en la evolución escultórica, marcando la transición entre un etilo “dulce” y el “ terrible”, que va a herir toda la producción a partir del sepulcro de Julio II
De regreso a Roma.  La tumba de Julio II. El Moisés
Pronto, sin embargo , se intensificó la grandiosidad monumental y la tensión interna expresada en sus figuras, al dotarlas de gran dignidad y robustez
En 1505, Miguel Ángel proyecta para Julio II un monumento grandioso, que superaba en dimensiones y riqueza ornamental a cuantas tumbas se habían realizado en Italia durante el Quattrocento. Constaba de tres pisos distribuidos en estructura piramidal . La base se adornaba con Victorias flanqueadas por esclavos, que según Vasari, personificaban las “ provincias subyugadas por su santidad y ligadas a la obediencia de la Iglesia católica”, y según Condivi, aludían a las artes liberales; la planta intermedia contenía relieves en sus frentes presentando “ los hechos de tan gran pontífice”” y cuatro grandes imágenes en las esquinaas. Moisés, San Pablo, la Vida Activa y la Vida Contemplativa, finalmente, en el ático, Julio II aparecía sentado en la silla gestatoria, sostenido por dos ángeles; uno sonriendo , “ como si estuviera contento de que el alma del papa hubiera sido recibida entre los justos”, y el otro llorando, “ como si estuviera dolido porque el mundo había sido privado de un hombre semejante”
El programa icono gráfico escondía un sentido alegórico, de raíz neoplatónica, que pretendía juntar la fama temporal con la salvación eterna del papa.
Pero la envidia de Bramante se opuso a la ejecución de este proyecto inicial, y el panteón contemplará, entre 1505 y 1512, seis disputas y reconciliaciones, tanto con el Papa Julio II, como con sus herederos después.
El resultado final no satisfizo a nadie, empezando por su ubicación en san Pietro in Vincoli, en vez del presbiterio de la basílica vaticana. De las 47 esculturas proyectadas solo se realizaron ocho. Os dos Esclavos del Louvre, los cuatro de la Academia de Florencia,la Victoria del Palazzo Vechio, y el Moisés, que es la única que se conserva en el mausoleo. En cualquier caso, a pesar del resultado final, el Moisés y los Escalavos (Ignundi) sirven para mostrar dos aspectos del arte de Miguel Ángel: la potencia dramático o terribilitá y el inacabado o non finito

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