La obra es un conjunto eswcultórico
formado por dos figuras: una figura femenina, ataviada de monja, en
desmayo místio, y con un angel con un dardo en la mano , apoyadas
ambas en una nube.
ANÁLISIS
Está realiozado en mármol blanco,
probablemente con varios bloques, pues de otra forma no habría sido
posible llevar a cabo las formas lanzadas que presenta.
Técnicamente podemos hablar de
virtuosismo. La textura de las superficies es capz, por sí misma ,
de expresar diversas calidades de tejidos, diferencias netre
carnación y cabellos e incluso el color, como veremos más adelante.
Se ha dado al mármol una sutileza solo imagiable en materiales
dúctiles como la cera.
Hay un claro predomiinio de lo
ilusorio-pictórico sobre lop uramente escultórico:
Es una representación unifacial –
incluso tiene un fondo de alabasto iridiscente que refuerza esta
impresión- y carece de sentido de asa tridimensinal.
No evidencia sensación de peso ni
solidez escultórica: por imperativos estéticos, las formas vuelan
e incluso el conjuto del gruop aparece sobre ua nube suspendida en
el aire de fom ingrávida. Su localización es fundametnal, pues
figuras y escenario se funden en un todo armónico y las primeras no
deben descontextualizarse.
La composición ,muy dinámica, se
ajusta a la diagonal , podemos ver clarametne esta froma en la lína
imginaria que iría del pie de la monja a la cabeza del angel y una
segunda deesde el ángulo inferior izquierdo de la composición
hasta el rostro femeninno.
Las fomras se abren en todas
direcciones , se exageran los gestos y se da amplio movimiento y
vitalidad a los ropajes, contibuyendo así a la agitación del
conjunto.
Lal uz es dirigida, pasajera e
inestable, y refuerza la sensación de fugacidad de la escena.
Entra por una ventana de cristal amarillo, escondida tras el frontón,
y su efecto no es realista( crea un carácter de viisión). Rresponde
au tratamiento plastico simbólico muy expresivo.
Aunque el encuadre ews polícromo –
mármoles y jaspes de color- , el mármol blanco del grupo no ha
sido pintado . Se ha conseguido, sin embargo, converetir la forma en
color a través del tratamiento de la superficie escultórica,
jugando con sutiles matizacines deel claroscuro.
En su forma de expresión vemos que es
una obra figurativa pero su realismo es solo parente, metafórico.
Intersa , de forma especial, la expresividad, un tanto teatral y de
rasgos exageradosa, en el caso de la monja: su rostro – ojos
cerrados, labios y aletas del a nariz abiertas- y el abandono total
de manos y pies, indican que se ha alcanzado el “climax” en lo
espiritual y carnal
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