SANTA MARÍA DEL MAR DE BARCELONA
Santa María del Mar es probablemente la mas
bella iglesia gótica española, y anu en algunos aspectos , una joya única del
gótico europeo. No se trata de compararla con las grandes catedrales góticas de
Chartres y Reims , que nos abruman por sus proporciones y luminosidad, pero, aun de menores
dimensiones, Santa María del Mar no es
superada , por su pureza de líneas y su ciencia constructiva (…) Según la
tradición en la necrópolis romana sobre la que se encuentra la iglesia fu
enterrada Santa Eulalia. Un documento del año 918 menciona una basílica que se encontraba
en el camino del mar. Durante los siglos XII y XIII , armadores, mercaderes y
descargadores construyen sus casas alrededor del templo, al timpo que los
nobles comienzan a edificar sus palacios
en la vecina calle Moncada. Se necesitaba una iglesia de mayores proporciones,
y por iniciativa del Canónigo Bernardo LLull, inicia la construcción en el año
1829 el arquitecto BERENGUER DE
MONTAGUT, ayudado por RAMÓN DESPUIG; en agosto de 1384, el Obispo Pedro
Planella dedica el templo a la virgen y celebra la primera misa. (…)
Exteriormente, define los rasgos peculiares del gótico catalán: torres
octogonales terminadas en terraza, ausencia de arbotantes y multiplicación de
contrafuertes macizos, preferencia por
grandes superficies de paramento desnudo, dominio de la horizontalidad. No carece de originalidad la fachada, con sus
torres altísimas y la calle central rora en dos planos, uno con la portada y
otro hundido con el rosetón, con lo que
se consigue un efecto de volumen poco usual. Los muros laterales, sin
arbotantes y sin adornos están más próximos
a la austeridad románica que a la sensualidad del gótico. Pero es el
interior lo que convierte a esta iglesia en un monumento excepcional; la afirmación de que la arquitectura es la creación de espacios interiores puede
ser experimentada por el visitante con toda su plenitud.
La disposición interior rompe con
la estructura del gótico francés y resume las características del gótico en
Cataluña: planta de salón, tres naves de altura casi idéntica, multiplicación de capillas laterales
aprovechando el alto número de contrafuertes (imprescindible ante la ausencia
de arbotantes y posibilidades de descarga en naves laterales más bajas)
Al flanquear la entrada base experimenta una
doble impresión: la del dominio visual de un espacio vasto y la de hallarse ante una arquitectura pura,
sin ninguna concesión ornamental. El espacio se consigue con la enorme
distancia entre los pilares, trece metros, insólita en el arte medieval, y su
esbeltez, que no perturba la visión desde ningún ángulo, ya que la
contemplación es tan completa desde una nave lateral como desde la central. Por
otra parte los pilares al estar reducidos a octógonos, sin ninguna columnilla
adosada, asemejan palmeras de piedra que
se despliegan hacia los nervios de las bóvedas; la sensación de austeridad de
la masa es tal que cualquier aderezo, un cuadro
o una lámpara, la perturbaría. Con la esbeltez de los soportes no solo
se consigue una preeminencia de los valores espaciales y plásticos, sino que
por añadidura es más acusado el efecto ascensional de los elementos arquitectónicos, que culminan
en la impresión flotante de la bóveda de crucería. El ritmo solemne y amplio de
los pilares de las naves s hace más fluido en la girola, donde la escasa
separación, en contraste, contribuye a suscitar una impresión de cabalgata. No
crecen de belleza algunos ventanales y
resulta particularmente atractiva la iluminación de los de la fachada,
contemplados desde el interior de las tardes de sol, pero no es en Santa Maria
del mar lo importante la luz, en
perfecta armonía en las zonas altas con el despliegue de la bóveda, o el color,
sino simplemente la piedra.
No sería posible una euritmia sin
una estructura medida, sometida a rigurosas proporciones matemáticas. ES
frecuente hallar en una catedral gótica, incluso en los monumentos máximos, un
pilar más grueso o un pilar descentrado
o un tramo de bóveda más amplio, porque la distribución de pesos o un leve
error en el sistema constructivo ha
exigido rectificaciones, Pero en este caso el edificio ha sido levantado con la precisión de diseño de un dibujo. La nave central ,de
trece metros de anchura, es igual al a
suma de las dos laterales; la distancia de trece metros entre los pilares puede
medirse en todos los sentidos, es decir, entre los do pilares de una misma nave
o con el correspondiente de la otra; el número de pilares, cuatro en cada nave,
se repite en la girola, ocho en total. Estas proporciones aritméticamente calculadas
se ponen de relieve en el alzado, ya que con una estructura de líneas se pueden
enlazar todos los elementos arquitectónicos.
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