LA
PINTURA HOLANDESA DEL SIGLO XVII
INTRODUCCIÓN:
Durante este siglo, la tradición pictórica de los Países bajos
desemboca en una de las principales escuelas de la pintura barroca.
En ella deslumbran algunos grandes genios , pero está compuesta por
numerosos artistas.
LA
PINTURA HOLANDESA.
La
pintura de la burguesa y protestante Holanda del siglo XVII responde
al nuevo estilo de vida que ,a raíz de su separación de los
vecinos flamencos del sur, se fue gestando en trono a los años de su
independencia, en 1648.
Estos
cambios sociales y religiosos tuvieron consecuencias decisivas para
el desarrollo artístico, tanto en lo que respecta a la promoción y
consideración del artista, como a los clientes y temas que trató.
Realizaban obras de menor tamaño, motivadas por encargo de menos
envergadura, dirigidos a una clase media burguesa.
La
producción de los pintores se distribuía a través de la figura del
marchante, persona dedicada a la compra-venta de cuadros, que con el
tiempo cobró gran importancia como intermediario entre los artistas
y el público. Estaban sometidos, pues, a las leyes del mercado, que,
por naturaleza, es ajeno a la existencia de na norma que defina el
gusto.
Todo
ello se traduce en que pintaron temas distintos de los de otras
escuelas pictóricas continentales, donde la mitología y al
religión eran argumentos dominantes. En Holanda cobra particular
interés todo lo que afecte a la realidad cotidiana, historias
bíblicas expuestas como reflexión moral , las personas y sus
actividades, bodegones y paisajes.
Estilísitcamente,
el pintor holandés esta marcado , como el flamenco, por una
fidelidad al natural , con un afán por reproducir rigurosamente os
detalles con precisión visual . Ello es posible gracias a una
extraordinaria habilidad técnica, muy admirada por los compradores y
coleccionistas como sinónimo de calidad.
REMBRANDT,
UN ARTISTA GENIAL.
En ese
contexto se produce la obra de uno de los pintores más geniales de
todos los tiempos, Rembrandt van Rijn (1606-1669), cuya personalidad
serena e introvertida , aunque impregnada de una exquisita cultura,
fue decisiva para la construcción de su estilo, que nace desde la
meditación personal . Se caracteriza por un efectista claroscuro,
con una luz que produce brillos intensos en una atmósfera dorada,
conseguida con una pasta de color espesa. Hizo de la pintura una
reflexión profunda sobre le espíritu humano y los sentimientos
que lo mueven. En sus cuadros encontramos una meditación plástica
sobre la fragilidad de los seres, que, si bien animados por impulsos
conmovedores, se desintegran ante nuestros ojos en una apariencia de
luz y materia, casi en soñadora, ajustada perfectamente al espíritu
barroco . Alcanzó gran prestigio como retratista, pero donde mejor
se descubre al artista genial es en sus cuadros de composición,
tanto en los temas bíblicos, como en las escenas contemporáneas,
como en La lección de anatomía ( 1632) o La ronda de
noche ( 1642)
Puedes descargar la presentación sobre la pintura holandesa pinchando aquí
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